VUELTA A LA INFANCIA.
La alegría de ayer empezó a eso de las 2 de la tarde cuando mi hermana me dijo que había escuchado en el noticiero local que trasmitirían una película en el museo del ferrocarril y que fuéramos. Inmediatamente dije ¡síiiiiii! Y es que, de un tiempo para acá, mi hermana ha estado tan triste que se niega a salir casi a cualquier parte, por lo que no dudé en aceptar la invitación.
También me gustó el hecho de que fuera en el museo del ferrocarril, que considero un lugar emblemático de mi pueblo, dada la trayectoria ferrocarrilera que hay en Acámbaro.
Aunque tenía ciertas dudas, porque Vero me comentó que la película se llamaba: El último vagón. Entonces me imaginé que la historia giraría en torno a los migrantes que viajan en “La Bestia”, y que sería triste. Pero no importa, pensé, ya el hecho de que mi hermana haya aceptado salir, para mí ya era una ganancia.
Cuando llegamos había tan sólo dos personas, un viejo ferrocarrilero y su nieto. Estaban trasmitiendo un documental que hablaba de la historia del ferrocarril en Acámbaro, vista actualmente a través de su humilde museo. Se abordaba el tema de la necesidad de preservar este valioso legado histórico, me refiero a las 2 máquinas de vapor que se encuentran en sus instalaciones, una de ellas “La Fidelita” que fue construida en esta ciudad, así como, el propio edificio que está sumamente deteriorado.
A las 5 en punto, dio inicio la película que de inmediato llamó mi atención. La cinta describe la vida que llevaban los ferrocarrileros que habitaban en los vagones del ferrocarril, en aquellos campamentos rodantes que viajaban por todo el país para que sus moradores repararan los desperfectos de las vías.
La cámara se lleva a tomar las escenas del interior de los vagones, donde transcurría la vida de una familia, un matrimonio con su hijo, pero también al salón de clases donde una anciana maestra se esforzaba por enseñar los principales valores de la vida a un grupo de niños, cada uno con su propia historia.
La película despertó en mí todo un cúmulo de emociones, empezando por la escenografía: las increíbles tomas aéreas de aquellos campos verdes, los mirasoles, los pantanos, las haciendas. Luego la nostalgia que se respiraba en el bien logrado sepia del interior de los vagones de las habitaciones y la escuelita.
Lloré con las enseñanzas de la maestra, cuando cautiva la atención de un niño, que se resistía a aprender a leer, con el regalo de una revista de Kalimán, o cuando le enseña a partir de la visión de una salamandra a que descubra en su interior su capacidad de adaptación su gran poder para superar todas las adversidades que la vida le presente. O cuando pide a la comunidad que apoyen a un chico que, ciertamente merece una nueva oportunidad en la vida.
Una de las visiones mágicas que presenta la película, fue sin duda la visita a la comunidad de un circo y se describen las peripecias de los niños para recabar fondos para poder asistir a la función. El ver en los niños la emoción que les producían todos los trucos que se presentaban fue realmente ¡maravilloso!
La película finaliza cuando Ikal, el niño que aprendió a leer con Kalimán regresa a la comunidad ya como inspector de educación con la misión de clausurar las escuelitas, como aquella en la que él se había formado y renuncia a esa misión aun cuando sabe que ello le puede costar su empleo.
Ya durante la trasmisión, los dirigentes del museo nos proporcionaron un chocolate, pero, al final, nos sorprendió la visita de una sociedad de motociclistas que nos regalaron aguinaldos, un cuadernito del tren para iluminar y lo más increíble, ¡una pelota! Todo ello para celebrar el día de reyes, pues fue en esa fecha cuando se inauguró el museo del ferrocarril hace 23 años.
Acerca de la película.
Título: “El último vagón”.
Estelarizada por Adriana Barraza como (la maestra Georgina), Carlo Isaacs como (Ikal), Memo Villegas como (Hugo Valenzuela).
Director: Ernesto Contreras.
Fotografía de: Juan Pablo Ramírez.
Estreno el 26 de mayo de 2023.
Pero, sin duda alguna, mi alegría se vio coronada cuando me di cuenta de la emoción que había experimentado mi hermana con todas las vivencias de tan glorioso día, porque para mí, lo más maravilloso del día estaba por venir.
Llegando a casa, mi hermana inmediatamente hizo una composición con todos los regalos que nos habían dado. Les tomó una foto, la subió a su perfil, se las compartió a todos sus contactos y lo más ¡maravilloso! Fue verla jugar con su pelota, tan contenta, que no dudé en llamar a estas líneas: “Vuelta a la infancia”, porque de verdad, la ví disfrutar como cuando era niña de todas las experiencias vividas este maravilloso día 5 de enero de 2024.
Así pues, no me queda más que invitarlos a que vean esta ¡maravillosa! Película, “El último vagón” porque segura estoy de que la disfrutarán.
MARÍA MARTHA MORENO MARTÍNEZ.
Acámbaro, Gto.
6 de mayo de 2024.
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