domingo, 9 de marzo de 2025

EL DIFÍCIL ARTE DE LLAMAR LA ATENCIÓN

 

EL DIFÍCIL ARTE DE LLAMAR LA ATENCIÓN

 

 

En alguna de sus homilías, que yo tanto valoraba, le escuché decir alguna vez al reverendo padre, Sergio Durán, que los hijos no necesitaban reconocer a sus padres como sus “amigos”. Lo que los hijos requieren es que se les fijen límites a sus conductas. ¡Claro!, advertía el padre Sergio, al principio protestarán, pero a la larga, eso les dará seguridad en sí mismos.

 

En mis casi 42 años de servicio docente, muchas veces tuve la necesidad de llamar la atención a mis alumnos, por lo que considero que ésta sea una de las más difíciles labores de un profesor, sobre todo, si los alumnos están pasando por su adolescencia, como fue mi caso, y si, además, en el contexto escolar, siempre era considerada como una profesora “exigente”, pues pensaba que, si yo me esforzaba por dar mi mejor esfuerzo, esperaba que ellos respondieran de la misma manera.

 

Tomaba ciertas medidas, por ejemplo, trataba de no descalificar completamente una tarea, pero sí señalar las áreas de oportunidad que la podían mejorar sustancialmente.

 

Y, cuando se trataba de expresar opiniones, los invitaba a enfrentarse al público y evitar el miedo al ridículo, pues les hacía saber que de los errores se aprende, y los animaba a que se expresaran, trataba de infundirles confianza en que, si era necesario, era mi obligación corregir algunos aspectos, pero que el error cometido les permitiría mejorar su propio aprendizaje.

 

Pero he de decir también que experimentaba la necesidad de ir adaptándome a las circunstancias, porque cada grupo tiene características propias. 

 

En fin, el método de “corrección” que utilizaba, funcionó muy bien a lo largo de unos 38 años, aproximadamente, pero, de hecho, se convirtió en una de las principales razones para justificar mi proceso de jubilación, ello porque, empecé a sufrir la sobreprotección, a mi juicio, desmedida que los padres les daban a sus hijos. Llegué a experimentar verdaderas escenas trágicas de padres de familia que buscaban a toda costa, elevar la calificación de sus hijos. Al respecto siempre me decía a mí misma: “si los padres de familia se dieran cuenta del daño que están haciendo a sus hijos, no lo harían”. ¡Claro, pensaba yo, porque el mensaje finalmente era: “tú no te preocupes, yo siempre estaré aquí para apoyarte” !, entonces el hijo, confiando en el mensaje de los padres, no se esforzaba. “Para qué, debían pensar ellos”, si mi mamá siempre me va a “defender”. Con estas actitudes, los jóvenes se convertían en seres incapaces de tomar decisiones propias, de aceptar errores, de corregir conductas, etc.

 

Fue entonces cuando esta situación se volvió intolerable, comencé a perder autoridad con los alumnos, ellos a rendir lo menos posible, los padres a ser más y más permisivos y las autoridades del plantel a desconocer mis argumentos y apoyar a los padres de familia. Fue entonces cuando me dije: “¡Hasta aquí!

 

Y, pasando a otra cosa, pero en relación al tema me gustaría comentarte que,  últimamente, he visitado un restaurant muy concurrido que tiene sucursales en varios estados de la república y al cual me encanta ir porque sirven un café espumoso que disfruto mucho, pero quizá otra de las razones que me lleva a visitar este lugar con cierta frecuencia sea el hecho de que en su pantalla publicitaria se describe, sin palabras, y únicamente con imágenes que despiertan todo tipo de emociones un mensaje que narra una experiencia de corrección. Que trataré de describir, si me lo permites.

 

Al respecto debo decir, que aplaudo la habilidad del fotógrafo, para filmar a la niña que protagoniza el mensaje quien debe tener escasamente un año. Está tan bien hecho, que el comercial se convierte, para mi gusto, en una verdadera obra de arte.

 

La historia inicia cuando la niña descubre de pronto el placer que experimenta con los colores. Y la mamá la motiva para dibujar sobre un pliego de papel, es entonces cuando la niña que se maravilla de ver lo que puede expresar con sus manos.

 

Pero, la niña entiende que, el papel le es insuficiente para expresar lo que ella quiere. Entonces, es el momento en que descubre el basto horizonte que le brinda la pared. Y cuando la mamá entra se queda ¡pasmada! al observar la “obra de arte” con que su hija ha decorado un muro de la casa.

 

Inmediatamente, la niña capta la sorpresa de la madre y toma conciencia de que lo que ha hecho no es de su agrado. Entonces, la niña se deprime y por más que sus papás le ofrecen otras alternativas, ella no logra superar su depresión y llora. Cuando los papás, desesperados por contentar a la niña, ya no saben qué hacer, llaman, como último recurso, al abuelo para que venga a consolarla. El abuelo acude de inmediato, y la niña lo recibe gustosa corriendo hacia sus brazos.

 

El abuelo lleva a la niña a comer al restaurant, del que les he hablado, la niña se saborea una dona que unta con mermelada, y la paladea ¡intensamente! En ese momento, la niña le extiende al abuelo su obra de arte, quien con lágrimas en los ojos la celebra con un cálido beso, mientras la niña le acaricia la cara y limpia sus lágrimas.

 

Finalmente, la niña experimenta que al fin su “obra de arte” es valorada y recupera así su confianza en ella misma expresándolo con una gran sonrisa.

 

Y ya para terminar, retomaré las palabras del padre Sergio Durán, pues considero que la mejor forma de llamar la atención a alguien, es establecer límites y procurar su cumplimiento, de esta forma, los educandos, efectivamente llegarán a la conclusión de discernir, entre el bien y el mal y se irán capacitando en la también difícil situación de tomar sus propias decisiones y en descubrir, por sí mismos, el gran reto de la libertad.


MARÍA MARTHA MORENO MARTINEZ

9 de marzo de 2025

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con esa posición que aquí describes, estimada amiga y maestra Martha. Además, con un estilo ameno y claro. ¡Felicidades!

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    1. Así es mi querida compañera Marthita si nosotros los padres fuéramos más comprometidos e informados tendríamos una sociedad más Consciente y sobre todo Feliz te agradezco y te mando saludos

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