UN PASEITO POR EL EXPRESIONISMO EN LA PINTURA.
Supe que había existido un pintor de nombre Egon Schiele cuando, hace ya muchos años, leí “Los cuadernos de Dn. Rigoberto” de Mario Vargas Llosa, pues en este libro, Vargas Llosa hace una apología del erotismo tomando como base, las pinturas de este artista.
No volví a saber él, hasta ayer, que, tuve la oportunidad de ir al cine y la única peli que me interesó fue una película francesa denominada “El cuadro perdido”, dirigida por Pascal Bonitzer que narra una historia de la vida real que cuenta el drama que vive un especialista en arte moderno, André Masson, quien descubre, por casualidad, un cuadro de Egon Schiele extraviado durante la Segunda Guerra Mundial. En la película se descubre toda una trama de corrupción, engaños, mentiras, anécdotas amorosas, etc. Que se presentan tras el descubrimiento de la obra, el proceso para darla a conocer, así como su comercialización en la famosa casa de subastas francesa Scottie´s. En pocas palabras, esa es la trama de la película, pero el motivo por el que estoy escribiendo este ensayo, es lo que pude aprender de ella y es justo, lo que me gustaría compartir contigo a partir de ahora.
El cuadro en cuestión es un conjunto de girasoles, marchitos, con hojas secas y pétalos deshojados. Pues bien, me enteré, primeramente, que no sólo éste, sino varios cuadros más, obras de Egon Schiele, quien vivió de 1890 a 1918, continúan extraviados porque para los nazis, expresaban motivos de depravación, ello originó que los dueños, muchos de ellos judíos, los escondieran o huyeran con ellos hacia otros países.
Me enteré también de que Egon Schiele era un ferviente admirador de Van Gogh, y que el cuadro del que se habla en la película, está inspirado justamente en sus girasoles, pero, a diferencia de los anteriores, los suyos intentan reflejar la decadencia social que se vivía en la sociedad europea de principios del siglo XX, durante la Primera Guerra Mundial.
Egon Schiele, es un pintor austriaco, que fue discípulo del también, austriaco Gustav Klimt con quien sostuvo una gran amistad a pesar de que se llevaban una diferencia de edad de 28 años. Me resultó muy extraño el hecho de que ambos pintores hayan muerto el mismo año de 1918, cuando Shiele tenía tan sólo 28 años, mientras que Klimt 56.
Otra de las enseñanzas que obtuve de esta sencilla investigación fue el hecho de reconocer las características de la corriente “Expresionista” en la pintura, la cual, a diferencia de los impresionistas que manejaban las formas definidas, y la captación de la vida cotidiana, los expresionistas eligen formas más bien distorsionadas que reflejan diferentes emociones, por lo que es una corriente pictórica estrechamente relacionada con la psicología, además de que sus temas expresan una gran carga de crítica social.
Pues bien, resulta que, tanto Egon Schiele como Gustav Klimt pertenecen a la corriente expresionista. Así que cuando investigué lo anterior, pude comprender, perfectamente, la razón de la pintura de Schiele, que fue el motivo de la película que presencié.
Me sorprendió también el hecho de que Egon Schiele fuese un pintor tan prolífico, pues, a pesar de haber muerto tan joven, pintó aproximadamente 340 pinturas, según Google Artes & Culture y la BBC, así como también 2800 dibujos, acuarelas y bocetos. Y, como ejemplo, diré que pude encontrar en la red, al menos 6 pinturas de girasoles, por cierto, todas ellas, a pesar de ser tan diferentes, muestran la decadencia de las flores en todos los casos.
Egon Schiele está clasificado como un pintor expresionista que se inspiró en Vicent Van Gog, Gustav Klimt y Eduard Munch, autor de “el grito”, y nadie que vea esta obra puede negar que presenta todas las características de esta corriente que se han señalado con anterioridad.
Así pues, te comentaré que lo valioso de la película que disfruté, por cierto, no fue tanto la trama de la misma, sino toda la enseñanza que me dejó, pues yo desconocía prácticamente todo lo que pude aprender a partir de ella, no obstante, que había disfrutado alguna vez, en la red, por supuesto, las obras de Klimt, en particular, quizá la más conocida y hermosa, me refiero a “el beso”, y de Munch, “el grito”, pues es una obra que considero refleja de manera admirable la desesperación del ser humano, cuando las experiencias que está viviendo, superan con mucho, sus posibilidades de enfrentar la realidad.
Me gustaría finalizar este pequeño ensayo, invitándote a que te des la oportunidad de darte un paseíto por el arte expresionista, y disfrutes admirando a sus máximos exponentes. Me refiero a Egon Schiele, Gustav Klimt y Eduard Munch. Estoy segura que los disfrutarás.
Referencias:
· Google
· Wikipedia
MARIA MARTHA MORENO MARTINEZ
31 de julio de 2025.
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