…Y CALLARON LAS VOCES DEL BOOM.
“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo” estas palabras dan la bienvenida a la novela ¡más maravillosa! que haya leído. Y que, para muchos, incluyéndome a mí, es la obra que da inicio a esta ¡grandiosa! corriente literaria que ha dado la vuelta al mundo, y que se ha quedado para siempre en el imaginario colectivo de generaciones enteras que hemos aprendido a disfrutar con ella, el culmen del Realismo Mágico, esa tenue frontera entre lo real y lo imaginario que se desvanece constantemente y que nos plantea realidades ¡increíbles!, y ¡maravillosas! al mismo tiempo. Me refiero, por supuesto, a la Literatura Latinoamericana.
Aprender a caminar y luego a leer, considero que son las dos competencias más valiosas en mi vida. Ningún otro aprendizaje ha tenido para mí “el calibre”, que han tenido estos dos y una vez que los descubrí, no los he abandonado ¡jamás!
La lectura me ha abierto las puertas a diversos horizontes algunos reales, otros fantásticos, pero todos ellos igualmente interesantes y ¡maravillosos!
Mi padre me inició en la lectura de los periódicos, “lee las editoriales”, con ello se refería a los artículos de los columnistas, es lo más valioso de un periódico, me decía. con él también descubrí el gusto por leer revistas, entre ellas estaban: Selecciones, Siempre, Time que con cierta frecuencia llevaba a casa y se sentaba en su sillita a leer, viéndolo a él, me enamoré de este tipo de artículos.
No obstante, empecé a interesarme por la literatura universal cuando tenía unos 15 años, debido a la influencia ¡maravillosa! de mi maestro Raúl Trejo que me inició en esta bella disciplina de la lectura. Empecé leyendo algunos escritores franceses: Víctor Hugo, Julio Verne, Honoré de Balzac, Albert Camus, etc. Luego descubrí a los rusos: León Tolstoi, y Fiódor Dostoievski.
Pero cuando llegó a mis manos: Pedro Páramo, me quedé sencillamente ¡extasiada!, ¡nunca había leído algo así!, era como estarme viendo en un espejo. Pedro Páramo, recogía la realidad de mi familia, en particular la de mi padre.
Posteriormente me enteré de que Pedro Páramo, es para muchos, incluyéndome a mí misma, la “obra maestra” de la corriente literaria denominada: “Literatura Latinoamericana”, para otros, lo es Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, que, desde luego es, sencillamente ¡maravillosa!, y algunos más, ubican a La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa. Bueno, todas las opiniones son respetables, pero ya nomás por el derecho de antigüedad, me atreveré a decir que el derecho de ese título es de Juan Rulfo, ya que Pedro Páramo se publicó en 1955, mientras que La ciudad y los perros en 1963 y Cien años de soledad en 1967. Entonces, no sería excesivo decir que es muy probable que estos dos escritores se hayan inspirado en Pedro Páramo.
Pero lo más valioso es el florecimiento de esta nueva corriente literaria denominada “Literatura Latinoamericana”, que tuvo su culmen entre los años 1960 – 1970. Identificándose a este periodo como “El Boom” de la Literatura Latinoamericana”.
Quizá la característica más importante de la Literatura Latinoamericana es que gran parte de sus obras presentan una característica ¡única!, me refiero al concepto de “Realismo Mágico”, esa realidad ambigua, en la que se fusionan tanto aspectos reales, como sucesos mágicos, literalmente inconcebibles en la realidad a la que estamos acostumbrados.
Y nada más como ejemplos citaré dos ejemplos:
De Cien años de soledad de Gabriel García Márquez:
“En cierta ocasión José Arcadio Buendía, les habló a sus hijos de las maravillas del mundo no sólo hasta donde le alcanzaban sus conocimientos, sino forzando a extremos increíbles los límites de su imaginación. Fue así como los niños terminaron por aprender que en el extremo meridional del África había hombres tan inteligentes y pacíficos que su único entretenimiento era sentarse a pensar, y que era posible atravesar a pie el mar Egeo saltando de isla en isla hasta el puerto de Salónica”.
Ahora, de Pedro Páramo de Juan Rulfo:
“- De modo que ¿usted es hijo de ella?
- ¿De quién? – respondí
- De Doloritas
- Sí ¿pero ¿cómo lo sabe?
- Ella me avisó que usted vendría. Y hoy. Que llegaría hoy.
- ¿Quién? ¿Mi madre?
- Si ella.
Ya no supe que pensar.
Ni ella me dejó en qué pensar.
- Mi madre – dije- mi madre ya murió.
- Entonces ésa fue la razón de que su voz se oyera tan débil, como si hubiera tenido que atravesar una distancia muy lejana para llegar hasta aquí”.
Lo más increíble para mí, en relación con dicha corriente literaria es el hecho de que antes del Boom, América Latina no existía en el horizonte internacional de la literatura. Fue a partir de el surgimiento de esta nueva corriente literaria que el mundo empezó a conocer la realidad del contexto latinoamericano, que para entonces se debatía entre las peores dictaduras, golpes de estado, represión, autoritarismo, rebeliones, etc. Siendo todos estos acontecimientos el “caldo de cultivo” propio para esta nueva corriente literaria.
Con el género: Literatura Latinoamericana, se ubican principalmente a cuatro escritores, considerados los “pilares” de esta nueva literatura, me refiero a: Mario Vargas Llosa del Perú, Gabriel García Márquez de Colombia, Carlos Fuentes de México y Julio Cortázar de Argentina, aunque desde luego, existieron otros autores que hicieron también grandes aportaciones a esta nueva forma de expresión literaria, entre ellos podría citar a: José Donoso de Chile, Miguel Ángel Asturias de Guatemala, Alejo Carpentier de Cuba y a Rómulo Gallegos de Venezuela.
También considero importante decir que, desde mi particular punto de vista, hay dos obras que siendo propias de autores del Boom, presentan un estilo muy diferente, tanto en su ambientación como en la narrativa y los motivos que las concibieron, tal es el caso de Rayuela de Julio Cortázar, que fue escrita con un estilo muy suigéneris, me refiero al hecho de que, según su mismo autor, puede comenzar a leerse desde cualquier página, sin poner en peligro la comprensión o bien de la manera clásica de principio a fin o viceversa, pero además, está ambientada en París y Buenos Aires y habla de una realidad más bien citadina, en contraposición el ambiente rural de Cien años de soledad, Pedro Páramo o Un lugar sin límites. La otra obra en cuestión es La región más transparente de Carlos Fuentes, esta novela nos sumerge en la vida cotidiana de la ciudad de México de los años 50´s, ambas novelas son sencillamente ¡deliciosas!
Mi pasión por la Literatura Latinoamericana llegó a ser tal, que siempre la promoví entre mis alumnos. Con bastante frecuencia los invitaba a que leyeran las obras maestras que la constituyen.
Como parte de mi plan de trabajo, incluía la lectura “obligatoria”, en casa, de al menos una obra literaria, si ella era de gran volumen o varias, si eran más pequeñas. El caso es que los alumnos tenían la “obligación” de leer literatura, en casa. Esto de principio a fin del semestre. Para asegurarme de que leían les pedía un reporte manuscrito de lo que habían leído en la semana. En este reporte debían indicar de qué página a qué página habían leído, hacer un resumen y describir las enseñanzas o aprendizajes que habían rescatado de su lectura. Al finalizar el semestre, cada estudiante debía hacer una presentación electrónica de alguna de las obras literarias que había leído durante el semestre y exponerla en público. Así calificaba la expresión oral, el procesamiento de la información, y la lectura.
Debo agregar que, invariablemente cada reporte era calificado, haciendo énfasis en la ortografía, y los mensajes que habían rescatado.
Cuando les daba a conocer mi plan para el semestre, muchos protestaban porque no estaban acostumbrados a leer, pero mi mayor satisfacción siempre era que me platicaban que la lectura, que había empezado siendo una tortura, ahora, era parte de su vida.
Les invitaba a que leyeran antes de dormir, así, si tenían mucho sueño, pues no importaba que leyeran tan solo una página, pero llegó a suceder que me decían, es que me duermo tarde porque “no puedo dejar de leer”, cosa que, desde luego, me alegraba mucho.
Es necesario aclarar que la lectura era, digamos un plus, porque, desde luego, no sacrificaba para nada el programa que debía seguir, de acuerdo a los lineamientos de la academia correspondiente.
En una ocasión, tuve la osadía de leer con mi grupo Pedro Páramo. Era un grupo del que era tutora, entonces, en mi hora de tutoría me llevaba a los estudiantes a la sala de lectura, les pedía que se acomodaran donde mejor les gustara, muchos preferían acostarse en el piso, el caso es que alguno de ellos iba leyendo en voz alta, mientras los demás seguían la lectura en su propio libro. Antes de que la sesión terminara, se abría un espacio para expresar diversas opiniones. Fue una experiencia muy enriquecedora.
Para finalizar este ensayo, necesito expresar mi profunda tristeza por la muerte de Mario Vargas Llosa, este 13 de abril de 2025, el último representante de esta ¡maravillosa! corriente literaria latinoamericana, así como que en relación a este triste suceso he denominado al presente ensayo: …Y CALLARON LAS VOCES DEL BOOM.
MARIA MARTHA MORENO MARTINEZ
16 de abril de 2025
Referencias:
Wikipedia. com
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