lunes, 4 de septiembre de 2023

VISION CALEIDOSCÓPICA

 

VISIÓN CALEIDOSCÓPICA.

 

Paco y Bicho eran dos ratones que, se conocían desde que eran niños. Sus familias eran vecinas en el barrio.

 

Un día, despertaron muy aterrados porque ¡la tierra se zarandeaba!, no lograban mantener el equilibrio, ¡se caían! 

 

- ¡un terremoto!

 

- ¡corran¡, ¡vamos afuera! Gritaban todos en el barrio. Pero, desgraciadamente ambos perdieron a sus familias y fueron a refugiarse a las ruinas de una casa que, había sido abandonada a raíz del terremoto. Ahí se alimentaban de las migajas que habían dejado esparcidas por el suelo los vecinos de la casa y saciaban su sed en la gotera que un tubo roto, fue entonces cuando decidieron comenzar una nueva vida juntos, para apoyarse entre sí. Sin embargo, las cosas no fueron tan fáciles como suponían.

Con cierta frecuencia se le escuchaba decir a Paco:

 

-       Mira Bicho, ¡que orejas tan grades tienes! ¡Qué feo estás Bicho!

-       Pero….

-       No, no, no me digas nada, ¿ya viste que trompa tan chata tienes?

-       Pe, Pero….

-       No, no, no me digas nada, ¡mira nada más que ojos tan saltones!, si te digo que ¡estás feo Bicho!

 

Un día, llovió a torrenciales toda la noche y al día siguiente observaron que había grandes charcos en el campo donde no había antes más que tierra sucia.

 

Fue entonces cuando decidieron salir   a dar un paseo.

 

¡No puede ser!, pensó Paco para sus adentros cuando vio su imagen en el espejo del primer charco que había visto en su vida.

 

-       ¿Éste soy yo?

-       Pues claro Paco, quien más iba a ser.

-       ¡no puede ser! ¡Bicho, Bicho! ¿qué es lo que estoy mirando?

-       Ah, pues es tu imagen en el espejo del charco.

-       Pe, pero, ¿es que también yo tengo grandes orejas, trompa chata y ojos saltones? Dijo Paco ¡No puede ser!, debe tratarse de una visión caleidoscópica, o algo así. Éste no puedo ser yo.

-       Yo siempre te quise decir, espetó Bicho, que éramos muy parecidos, pero tú no me dejabas ni hablar, ¿lo recuerdas Paco?

-       ¡Pues claro que lo recuerdo Bicho! Si no perdía ocasión para hacerte notar tus defectos y mira nada más, ahora descubro que somos ¡iguales! ¡qué terrible visión!, ¡esto no puede ser!

-       ¡Ah, ya!  ¡tranquilízate Paco!, acepta que ambos somos ratones y que, por lo tanto, somos iguales, y hemos de vivir la vida de la mejor manera. ¿no te parece?

-       Pues creo que tienes razón Bicho, ¿me disculpas?

-       Bueno, si ya no has de…..

-       No, no Bicho, lo prometo. Ya no volveré a molestarte.

-       Y desde ese día, Paco y Bicho llegaron a ser buenos amigos.

 

MARIA MARTHA MORENO MARTINEZ.

Acámbaro, Gto.

4 de septiembre de 2023

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Bello relato, muy adscrito al género de las fábulas al dar una enseñanza moral y tener animales como personajes. Siempre es un placer leer a la Maestra Martha.

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