lunes, 11 de septiembre de 2023

UN TESORO EN SAN MIGUEL

 

UN TESORO EN SAN MIGUEL.

 

Tomarte una selfi con las emblemáticas torres a tu espalda sí, caminar por sus callejuelas empinadas sí, sentarte en el jardín principal a ver a la gente pasar sí, tomarte un trago en un bar de lujo sí, hospedarte en un hotel 5 * sí, disfrutar de un excelente concierto de jazz sí, visitar un viñedo para degustar un buen vino sí. ¡Todo eso es posible en San Miguel!

 

Pero No, ¡San Miguel tiene mucho más que dar!   tesoros escondidos para el viajero tradicional que forman parte ineludible de su patrimonio histórico, social, cultural y religioso. Hoy te hablaré de uno de esos tesoros escondidos de San Miguel de Allende.

 

Pero antes, permíteme compartirte algunos datos, tales como: la fecha de su fundación, en 1542 por fray Juan de San Miguel. Y su nombre original: “San Miguel el Grande”.

 

Por su ubicación geográfica San Miguel el Grande fue el paso obligado en el centro del país para todo tipo de mercancías, principalmente la plata, venida de las minas de Guanajuato en su camino hacia la capital.

 

Además, San Miguel de Allende y el Santuario de Atotonilco, están reconocidos como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2008.

 

Y, por si todo lo anterior fuese poco, por tercer año consecutivo y quinto en su historia, San Miguel obtuvo el galardón en los «Readers’ Choice Awards 2022» al encabezar el Top 10 de las Mejores Ciudades Pequeñas, por encima de destinos como Oxford en Reino Unido, Brujas en Bélgica o San Sebastián o Málaga en España.

 

Hoy visité San Miguel de Allende en una visita relámpago, llegué a eso de las 8 de la noche en medio de una pertinaz lluvia y con hambre. Pensé que si me acostaba sin comer no podría conciliar el sueño, así que, después de registrarme en el “Quinta Loreto” me dispuse a buscar algo de comida, aun cuando la lluvia no cejaba de caer. Lo que encontré fue un bolillo y una gelatina. ¡Mn! …. no estuvo mal.

 

Dormí deliciosamente y desperté a eso de las 6 am, tomé una ducha helada, que me despejó muy bien.

 

Luego, me encaminé, orientando mis pasos hacia el repicar de las campanas que anunciaban la primera llamada de la misa de 8.

 

Fue así como descubrí el tesoro del que hablaré a continuación, me refiero al “Templo de Nuestra Señora de la Salud”. Desde que puse mi pie en su interior percibí una atmósfera muy agradable, que de pronto no pude descubrir, ahora lo sé porque investigando en la red encontré el comentario de que la mayoría de las iglesias latinoamericanas, a imagen de las españolas, muestran una “fijación centrada en el martirio”. Efectivamente, nada más ajeno en el templo de Nuestra Señora de la Salud. Este templo muestra una imagen bastante alegre del concepto del cristianismo, que se puede percibir en diversos detalles, lo cual ya es un tesoro en sí mismo.

 

El templo es muy pequeño, no creo que mida más de 15 mts. de fondo. Tiene un altar muy clásico, enmarcado por 6 columnas corintias. Presenta un enchapado en oro bastante mesurado, lo cual le proporciona un aspecto sobrio y elegante.

 

Contrariamente a lo tradicional, como son los cuatro apóstoles, o las cuatro apariciones de Guadalupe. Las pechinas están bellamente decoradas con las imágenes de las 4 virtudes cardinales: justicia, templanza, perseverancia y fortaleza. Algo que jamás había visto en tantos y tantos templos que he visitado en mi vida.

 

La imagen de Nuestra Señora de la Salud que domina el altar central, es completamente diferente al resto de las imágenes que he visto hasta ahora: luce un hermoso vestido blanco extendido, como para mostrarse mejor, decorado de una pedrería muy fina, más parecido a un ropón de bautismo que a un vestido de una imagen religiosa. Su rostro es bellísimo, su peinado es sencillo y porta un velo de tul totalmente transparente y muy fino, que deja al descubierto su hermoso rostro y su cabeza.

 

Está flanqueada por unas bellas imágenes de sus padres, me refiero a Santa Ana y San Joaquín. Y cuando digo que son bellas estas imágenes, es porque realmente lo son. Estos santos sí que aparecen en multitud de templos, pero las imágenes que he visto hasta ahora son francamente deprimentes. Todo lo contrario, a las de este templo.

 

También llamó mi atención el hecho de que, no obstante, el aspecto más bien “modesto” del templo, tuviera en su coro un gran órgano tubular, muy bien cuidado. Eso sólo lo he visto en iglesias más espectaculares y muy antiguas.

 

Pero lo que más me sorprendió, sin lugar a dudas, fueron sus óleos, realmente dignos del museo Del Prado de Madrid. En el lado izquierdo un gran Cristo, al estilo de Rubens. 

 

Sin embargo, el mayor tesoro que descubrí fue el hermosísimo retablo en el lateral derecho de la Cruz Latina que domina el templo, el cual está dedicado al “Buen Pastor”. Dicho retablo no está en excelentes condiciones, la madera está un tanto dañada, la imagen central, desde mi punto de vista, rompe un tanto con la armonía del conjunto. Sin embargo, considero que lo más valioso e increíble del retablo son los bellísimos doce oleos, de autor anónimo, que presenta, todos ellos dedicados al “Buen Pastor”. En ellos se observa a Jesús en diferentes contextos, rodeado siempre de sus ovejas. Recuerdo uno en particular; Jesús coronado de espinas, rostro en tierra y a su lado una ovejita lo mira lastimosamente.

 

Y para fortalecer mi comentario acerca de este templo diré que el interior de la sacristía está dominado por un óleo de gran formato y colores vibrantes que representa la Virgen de las Tres Aves, bellísimo también. 

 

Al salir del templo me encaminé hacia el atrio del mismo y fue así como, literalmente, pisé la placa de bronce en la que, en el año 2008, la UNESCO declara a San Miguel el Grande y al Santuario de Atotonilco como “Patrimonios de la Humanidad” citando su arquitectura religiosa y la arquitectura civil del poblado como una muestra de la evolución de las diferentes tendencias y estilos, desde el Barroco hasta el Neogótico de finales del siglo XIX.

Me gustaría despedir este escrito haciendo patente una invitación para que, en tu próxima visita a San Miguel de Allende, te animes a admirar tan bello tesoro, que estoy segura les sorprenderá.

 

Referencias:

 

https://www.cultura.gob.mx/turismocultural/destino_mes/guanajuato/sn-miguel.html

 

https://www.facebook.com/SMASacro/photos/a.105489197975409/234668745057453/?type=3

 

https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s1c1a7_sp.html#:~:text=Pueden%20agruparse%20en%20torno%20a,los%20medios%20justos%20para%20realizarlo.

 

https://www.entornoturistico.com/san-miguel-de-allende-es-la-mejor-ciudad-pequena-del-mundo-2022/

 

 

MARÍA MARTHA MORENO MARTÍNEZ

Acámbaro, Gto. 

10 de septiembre de 2023

2 comentarios:

  1. Maravillosa descripción de uno de los tesoros de San Miguel Allende. Viví en esa entrañable ciudad y aún siento la nostalgia por haberla abandonado. Enamora a cualquiera que se anime a conocerla. Felicidades a la autora de este texto, la maestra Martha Moreno.

    ResponderEliminar
  2. La descripción es tan bien hecha y precisa que uno se imagina ahí, felicidades por tu afición por la escritura. Un abrazo

    ResponderEliminar

DESCUBRIENDO A LA REINA DE SABA

DESCUBRIENDO A LA REINA DE SABA   - Hola Pablo. ¿cómo estás? - Pues bien, mi querida reina, porque me permites que te llame de tú ¿verdad? -...