EL
RETO DE “ENSEÑAR” A REDACTAR UN ENSAYO.
Corría la primera semana de
septiembre de 2022…
- A ver
Ud., “formadora de escritores”, (eso lo
dijo porque ya habíamos ganado varios premios a nivel estatal, nacional e
iberoamericano) venga acá.
- ¿Yo?
- Sí, Tengo
algo para Ud. le advierto que aún no sale la convocatoria, pero el concurso de
creación literaria se va a realizar. El tema es: Derechos humanos y Cultura de paz y quiero
los trabajos a más tardar la primera semana de octubre. Así que a ver Ud. que hace….
Eso me lo dijo el Dr. Ortega, auxiliar académico de DGETI en el estado de
Guanajuato en los pasillos del CETIS 60 de Salamanca antes de iniciar la
reunión de academia estatal de las asignaturas del tronco común.
- Pe,
¿pero cómo? Este concurso se realiza hasta el segundo semestre, cuando ya los
alumnos están en posibilidades de redactar, no con alumnos de nuevo ingreso….
- Pues
eso era antes de la pandemia, pero ahora, en medio de tanta turbulencia nos
están pidiendo estos trabajos para octubre.
Fue
entonces cuando empecé a temblar. El concurso de creación literaria de DGETI
está integrado por cinco categorías: cuento, minificción, poesía, crónica y
ensayo.
El
semestre apenas arrancaba con alumnos recién egresados de secundaria. Pero eso
para las autoridades no importaba, lo único
impostergable aquí era cumplir con el compromiso de participar como
plantel en cada una de las categorías.
Como
no conocía las competencias que mis alumnos pudieran tener, decidí hacerlos
participar a todos en todas las categorías, con excepción de
poesía. Había que diseñar una estrategia que incluyera a mis 6 grupos de la
asignatura de lectura, expresión oral y escrita, 200 alumnos, en promedio.
Lo
primero que había de tomar en cuenta, era que, los trabajos debían realizarse
en clase, para evitar el plagio. Luego había que diseñar una estrategia para el trabajo perteneciente a cada categoría.
Para
redactar un cuento hicimos primero un análisis de las características que debía
llevar, luego les pedí que pensando en la violación a los derechos humanos
crearan una historia ya fuera ficticia o real que les hubiera pasado a ellos o
a otras personas. El resultado no me convenció mucho, después de leer todos los
trabajos con dificultad logré reunir 2 que presentaban las características del
cuento. Ni modo.
Para
la crónica les pedí que leyeran un
ejemplo que había redactado un egresado, luego analizamos las características
y les pedí que redactaran una
experiencia personal, basándose en el tema de la convocatoria. Estuvo mucho
mejor, logré seleccionar unas 8 crónicas y algunas eran muy buenas.
Para el tema de la minificción, primeramente les
compartí algunas de sus características, luego les puse un “examen de
ortografía” que incluía el cuento de Gabriel García Márquez: “El drama del
desencantado” y les pedí que intentaran imitar el estilo del cuento y con ello
crearan una historia personal, ya fuese real o ficticia con el tema de derechos
humanos o cultura de paz. El resultado fue ¡sorprendente!, pude seleccionar
alrededor de unas 25 minificciones, algunas muy creativas y otras sumamente
críticas. Me sentí muy satisfecha con este resultado.
Pero
ahora venía el gran reto. ¿Cómo iba, en tan poco tiempo, a lograr que mis
alumnos, de primer semestre, redactaran
¡un ensayo!? Además no un ensayo
cualquiera, era un ensayo para un concurso, del cual pretendía llegase a nivel nacional. No veía la forma de
abordar este reto. Pero sucedió que la mañana del 10 de septiembre, en mi
consulta diaria en la red de la información, que considero relevante, encontré
un artículo del periódico La Jornada titulado: “México desciende 12
puestos en el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas” publicado el día
9 de septiembre de 2022. ¡Ah, pues ya está! Pensé. Mis alumnos van a leer el
artículo, así ya tienen la fuente de información, y además en el artículo se
aborda justamente el tema de la desigualdad, flagelo importante de los derechos
humanos.
La estrategia consistió en analizar en clase un ensayo para abordar sus
características, principalmente el tema de la estructura.
Para desarrollar el ensayo pensé en presentarles a mis alumnos unas 20
preguntas derivadas del artículo, algunas de ellas se respondían con sólo
localizar la información, pero otras eran más bien preguntas para reflexionar,
en las que ellos debían expresar su opinión respecto al tema, y el paso culminante consistió en unir de forma
congruente las respuestas a las preguntas que previamente se les había
planteado. Me alegré mucho por el resultado del ejercicio. Tomando en
cuenta las variables, nada afortunadas,
en las que se estaba realizando. Considero que rescaté al menos unos 10 ensayos
que iban desde buenos hasta muy buenos.
Cada uno de los trabajos ganadores en 4 de las 5 categorías de que consta
el concurso de creación literaria, se enviaron en tiempo y forma a la
correspondiente sede de DGETI en el estado de Guanajuato, sin que hasta la
fecha se hayan dado a conocer los ganadores de dicho concurso.
Pero bueno, pasando a otra historia, diré que desde que renunció a la
Secretaría de Hacienda a principios del sexenio, he venido siguiendo a Carlos
Urzúa, a quien considero una persona sabia, justa y muy profesional. Carlos Urzúa
escribe en el periódico El Universal, el
día de hoy 17 de enero de 2023 publica un artículo que se denomina: “Empeora
el índice de desarrollo humano en México”, cuando lo vi, de inmediato llamó mi
atención, lo quise abrir, sin éxito. Traté de localizarlo en otras fuentes de
información y en todas ellas aparecía con acceso restringido. Hasta que,
finalmente encontré, en el portal de Latinus, una disertación, sin embargo,
nunca pude rescatar el texto. (Aclaro que lo que expreso aquí es producto de lo
que le escuché decir, así como a la comparación que hice con el texto del 9 de
septiembre de 2022 de La Jornada).
Cuando
escuché la disertación pensé de inmediato, esta información ya la analicé con
anterioridad. ¿Dónde, dónde?, empecé a pensar. De inmediato vino a mi mente aquel ejercicio que había realizado en octubre
del 2022, lo rastreé entre todos mis archivos. Finalmente lo encontré y
efectivamente. La información que analiza Urzúa es justamente la que se da a
conocer en el texto de La Jornada del 9 de septiembre de 2022. Así que no pude
menos que experimentar cierta decepción, primero porque la información que
analiza no es actual, al menos no de ayer, ni siquiera de la semana pasada,
luego porque su artículo no está al alcance de todos. Ello me decepcionó un
tanto, respecto a la admiración que le profeso.
Por
último, he de destacar que soy poco
afecta a la ostentación, me doy esa libertad sólo con dos de mis amigos
muy cercanos. Pero esta vez, permítanme el comentario acerca de que me siento
muy orgullosa pues gracias al arduo trabajo de mis alumnos, considero que he
podido anticiparme a Carlos Urzúa, desde luego a un nivel micro, en el análisis del desarrollo humano en
México, luego de haber seleccionado la
fuente de información apropiada, adaptarla para
“enseñar” a mis, primerizos, alumnos a redactar un ensayo. Y finalmente
a lograr que redactaran tan bien este ejercicio y que mi alumno: Aarón
Alessandro Medina Ayala del I G del CBTis 147 redactara con tanta propiedad su
ensayo titulado: “Un callejón sin salida”, que me gustaría incluir aquí, pero
me veo impedida debido a que dicho ensayo está participando aún en el concurso
de creación literaria de DGETI, y del cual estimo, que si he de confiar en la
honestidad de los jueces que lo
califiquen, habrá de obtener un lugar significativo a nivel nacional.
Vaya
todo lo anterior primeramente para
invitarlos a leer el artículo señalado, donde se encontrarán con la triste
realidad de nuestro país en materia de desarrollo humano, y después, para
compartirles, el reto que significa para
un profesor de nivel medio superior lograr que sus alumnos, primerizos en el
arte de la redacción, estén en posibilidades de escribir un ensayo.
MARÍA
MARTHA MORENO MARTÍNEZ.
Acámbaro,
Gto.
17 de
enero de 2023
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