miércoles, 2 de abril de 2025

CAMINATA MATINAL



CAMINATA MATINAL

 

 

Mucho se habla de paradigmas y de lo que significan los cambios que traen consigo la ruptura de los mismos, lo digo porque para mí, el día 1º de mayo de 2023 significó el día en que rompí para siempre mi paradigma personal. Ello porque fue el día en que inicié mi periodo de jubilación, después de haber trabajado como profesora durante 42 años.

 

Una de las cosas que he experimentado gracias a este cambio de paradigma, se encuentra, principalmente, en la disponibilidad de mi tiempo, lo cual es algo que realmente valoro, ya que, entre otras cosas, no tengo la presión del horario.  Aunque he tratado de conservar la disciplina de levantarme de madrugada (entre las 4 y las 5 de la mañana), ello porque mi reloj biológico continúa reconociendo la hora en que despertaba para ir a la escuela y me gusta que siga siendo así.  Puedo decir que realmente disfruto levantarme temprano, “poner a tono” mi imagen personal y hacer el aseo de mi casa a la luz de las estrellas y la Luna.

 

Luego, a eso de las 6.15 A.M me dispongo a escuchar misa. Este momento de encuentro con Dios, realmente me llena de alegría, pues me encomiendo a él. Escuchar su palabra diariamente, para mi es como una vitamina que me permite tener un día en paz. Claro, no faltan “detalles”, cosas que en ciertas ocasiones me hacen perder la calma, por eso considero que la palabra de Dios me sostiene para seguir adelante.

 

Procuro alcanzar la misa de San Antonio, pues disfruto inmensamente las homilías de los sacerdotes que celebran en este templo, me refiero al padre Samuel y al padre Alfonso, pero hay ocasiones en que no la alcanzo y tengo que ir a otra iglesia, normalmente Cristo Rey o la Parroquia.

 

Invariablemente, después de misa, me dispongo a realizar mi rutina de ejercicio, que puede ser una hora de caminata, normalmente subiendo la cuesta del cerrito de la soledad, y si las condiciones de salud lo permiten, pues me encamino al parque Caña Brava o al Deportivo Ferrocarrilero para trotar unos 2 Km o un poco más. En otras ocasiones, como hoy, simplemente camino por el centro histórico de Acámbaro y me encamino por Allende o Zaragoza hasta alcanzar la vía del tren.

 

Bueno, pues hoy, fue uno de esos días en que no alcancé ir a San Antonio y al salir de misa de 8 en la parroquia, me encaminé por el Andador Juárez. Cuando iba pasando por el colegio Teresa Martín, escuché la voz de una maestra que les dictaba a sus alumnos:

 

….y en la noche de Luna llena

baila la brisa sobre la arena……

 

¡Wau!, no pude evitar mirar en mi mente una noche de luna sobre el mar y la nostalgia me produjo imaginar aquella clase, para un grupo de unos 17 niños de 9 años, muy peinaditos y con sus uniformes bien planchados en un pequeño salón adornado con motivos primaverales.

 

No obstante que disfruté intensamente mi trabajo frente a grupo, también es cierto que ahora, en mi jubilación, me satisfacen mucho las actividades que realizo en esta nueva etapa de mi vida.

 

Pero además de ese nostálgico instante que viví al pasar por la calle Juárez, hoy experimenté otro igualmente hermoso, Sí, porque al ir caminando por la calle Zaragoza, me topé con una de mis ex alumnas, Lizbeth Sierra, que literalmente salió a mi encuentro con un ¡enorme abrazo! 

 

- ¡Maestra! Siempre la recuerdo como gran alegría.

- Gracias muchachita.

- Muchos de sus alumnos deben decirle lo mismo, pero cada vez que la veo, me digo a mí misma que fue una de mis mejores maestros.

- ¡Muchas gracias!

- Ahora yo también soy profesora, aunque “no le llego ni a los talones”.

 

Todo eso me dijo mi antigua alumna, nuevamente ¡Wau!

 

Sí, debo reconocer que humanamente me hizo feliz recibir esta felicitación. Y si sentirme orgullosa por ello es vanidad, pues confieso mi falta de humildad.

 

Así pues, te pido disculpes mi atrevimiento, al compartirte estas dos experiencias que viví en mi caminata matinal del día de hoy, las cuales disfruté ¡intensamente!

 

 

MARÍA MARTHA MORENO MARTÍNEZ

2 de abril de 2025

1 comentario:

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