SAN JUAN EN POCAS PALABRAS
Ahora que, intento escribir sobre el tema, tomo en mis manos uno de los dos más valiosos regalos que haya recibido hasta ahora, proveniente de mi antiguo y sabio amigo: Roque, me refiero a un Nuevo Testamento, el otro es una Biblia, regalo de mi padrino y gran amigo; el sacerdote Jaime Carrillo.
Comienzo a leer la dedicatoria, que, entre otras valiosas ideas, escritas en ella se refiere a la introducción al Evangelio según San Juan como su pasaje favorito y al leerlo “me he sobrecogido ante su abrumadora profundidad”, escribió mi amigo.
Así, inspirada por esta dedicatoria, me voy a permitir transcribirlo para ti, amable lector:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo es hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz en las tinieblas resplandece; más las tinieblas no la comprendieron.
Fué un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, para que todos creyesen por él.
No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Aquel era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo.
En el mundo estaba y el mundo fué hecho por él; y el mundo no le conoció.
A lo suyo vino, y los suyos no lo recibieron.
Más a todos los que lo recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios….
De San Juan se pueden decir muchas cosas, sin embargo, yo me referiré sólo a las que más me han significado, tal como leerás a continuación:
Algunos de sus datos biográficos indican que Juan era hijo de Zebedeo, primo de Jesús y hermano de Santiago. Debido a su fuerte temperamento, ambos fueron apodados por Jesús: “Hijos del Trueno”. Juan era judío, nacido en Galilea y pescador de profesión. Fue el más joven de los apóstoles y el último en morir, además fue el único que no fue martirizado, murió de muerte natural a los 94 años, allá por el año 96 de nuestra era en Éfeso. Se le festeja el 27 de diciembre.
San Juan es reconocido por la gran profundidad y sabiduría que imprime a su evangelio a diferencia de los otros tres (Mateo, Marcos y Lucas), es por ello que es representado por un águila, para hacernos comprender la profundidad de sus palabras y su gran capacidad para visualizar el futuro.
Además de su evangelio, Juan también es el autor del último libro de la Biblia, me refiero al Apocalipsis.
La palabra Apocalipsis significa, “revelación”.
El libro del Apocalipsis se ha estado leyendo en estas fechas en la homilía, pues se asocia a la fiesta de Cristo Rey, con la que se finaliza el año litúrgico, es por ello que se le relaciona con un sentido profético en relación al fin del mundo.
Desde mucho tiempo atrás, el Apocalipsis ha sido motivo de toda clase de presagios y desastres, ello porque se cree que san Juan tuvo una revelación, en la que vislumbró el fin de los tiempos. Sin embargo, recientemente el papa Francisco ha dicho que más que un evento físico, el fin del mundo, y por ello el Apocalipsis, debe verse como una llamada a la conversión y a la comunión con Dios. Y sostiene que el verdadero fin del mundo está relacionado con la transformación del corazón humano.
El Apocalipsis ha sido muy significativo para la humanidad, tanto que, se ha considerado motivo de inspiración para diversos artistas, entre ellos se encuentran el Greco quien pintó “La visión del Apocalipsis” y Alberto Durero, quien lo hiciera con “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” y en el cine, recientemente se estrenó la película El Apocalipsis de San Juan de Simón Delacre.
Hace apenas unos meses tuve la fortuna de experimentar la fuerza de aquel viento que tenía el poder para haberme derribado hasta el suelo, si no me hubiese aferrado al barandal que bordeaba la escalera que nos conducía a la profunda gruta sostenida por aquella inmensa roca en la parte más alta de la isla de Patmos, en el archipiélago del Dodecaneso griego en el mar Egeo. Introducirme en aquella gruta y tocar la enorme roca que la sostiene ha sido una experiencia que hasta ahora me ha resultado indescriptible, pues fue ahí donde justamente San Juan escribiera el último libro de la Biblia, es decir, el Apocalipsis luego de haber sido desterrado allá por el emperador romano Domiciano, ello porque, dicho emperador no encontraba la forma de deshacerse de Juan, ya que incluso había sobrevivido a una pócima envenenada que le había hecho beber. Fue entonces cuando decidió desterrarlo a la isla de Patmos.
Hay muchas anécdotas atribuidas a San Juan, entre ellas, recuerdo que fue reconocido en sus tiempos como “El discípulo amado”, lo cual se puede comprobar fácilmente si se sabe que Juan fue elegido por Jesús además de Pedro y Santiago para presenciar su Transfiguración.
Leonardo Da Vinci, también da cuenta de este amor que Jesús profesaba a Juan, cuando lo hace sentarse a su derecha e incluso, reclinarse sobre su pecho en su icónica pintura “La última cena”
Juan fue además el único apóstol que acompañó a Jesús y a su madre hasta que murió y justamente fue al pie de la cruz donde sucede otra de las grandes proezas de Juan, pues fue él a quien se refirió Jesús cuando le dijo a María: “Ahí tienes a tu hijo”, y a Juan “Ahí tienes a tu madre”.
Y así fue como Juan se hiciera cargo de María y la llevara a vivir con él a Éfeso, en la actual Turquía, donde, tanto María como Juan vivirían hasta el final de sus días.
De esta manera, doy por terminado este mínimo ensayo en el que me atreví a expresar en unas pocas palabras, lo que representa para mí este gran personaje bíblico del que tengo tanto que aprender y del que recientemente se ha estado hablando mucho debido a la culminación del año litúrgico, donde se lee durante la homilía su profético libro del Apocalipsis.
MARÍA MARTHA MORENO MARTÍNEZ
26 de noviembre de 2024.
Referencias:
· El Nuevo Testamento. Mensaje de vida eterna. La biblioteca mexicana del hogar, A.C.
· https://www.cronista.com/espana/actualidad-es/el-papa-francisco-hablo-del-fin-del-mundo-y-dejo-atonito-a-todos/#:~:text=Según%20el%20papa%20Francisco%2C%20más,la%20transformación%20del%20corazón%20humano.