ABRAZOS QUE ALIMENTAN EL ALMA.
Hace cosa de cinco días iba yo pasando por la calle 20 de Noviembre cuando me encontré con que una señora, que inclinada sobre un montón de basura que previamente había recogido al barrer el frente de su casa, se empeñaba en abrir la bolsa de plástico y al mismo tiempo introducir en ella la basura cuando…
- A ver, yo le ayudo, le dije, yo le abro la bolsa y Ud. mete la basura.
- Ah, no, no se moleste.
- Por qué no. Yo sé de esto.
Así lo hicimos y cuando ambas nos encontramos en la mirada.
- ¡Maestra!
- ¿Eres Rosy?
- Síiííí
Ambas nos abrazamos con tanto gusto, que aun ahora, experimento el placer que me produjo encontrarme con mi exalumna después de 39 años de haber compartido con ella las gloriosas aulas del CBTis 147.
Después de platicar tantos recuerdos que se venían a nuestras mentes me comentó que se reunían con cierta frecuencia con algunos de sus compañeros de su grupo y que en la próxima reunión me invitarían.
- ¡Claro que sí, me encantaría! Volver a verlos.
- Ah, ah, pero verá. Este sábado el compañero José Luis, que radica en Chicago, va a festejar el 90 aniversario de su mamá. Y la invito maestra, la reunión va a ser en el sindicato Ferrocarrilero.
- Pues con mucho gusto Rosy, pero, ¿qué no sería más prudente que te comunicaras con José Luis y le consultaras si me puedes invitar?
- No, no maestra, yo sé que les va a dar mucho gusto a mis compañeros volver a verla.
- Pues si tú lo dices Rosy, ¡vamos!
Con esas credenciales de presentación, llegamos, mi hermana y yo, sin conocer a nadie hasta la entrada del salón del sindicato ferrocarrilero, cuando nos recibió una señora, que resultó ser Lety, la hermana de José Luis, y que se nos quedó mirando como diciendo: ¡y éstas!, ¿Quiénes son? Después de darle una larga explicación para asociar nuestra presencia con el CBTis 147, nos dijo:
Ah, sí, sí. Ya viene mi hermano. Permítanme.
- Él es José Luis.
Se presentó José Luis, y se quedó igual de confundido que su hermana al vernos, ¿quiénes son?, debe haber pensado con extrañeza. No, nos identificamos, ni el a mí, ni yo a él.
Otra larga explicación y fue entonces cuando….
- ¡Ah, entonces Ud. debe ser la maestra Martha!
- ¡Síííí!
- ¡Bienvenidas maestra!, mire, ella es mi mamá.
Sarita estaba ataviada con un loock muy bonito, un vestido verde con un ensamble blanco que lucía muy bien, pero, sobre todo, un maquillaje muy ad hoc para la ocasión, y lo más importante, una actitud muy hermosa. Nos saludó, nos dio la bienvenida, la felicitamos y nos asignaron nuestros lugares.
Nos atendieron muuuuy bien, el sonido estuvo perfecto, en la primera parte con videos y música de nuestros tiempos: Leo Dan, Juan Gabriel, Los Ángeles Negros y muchos más.
En ese lapso, José Luis tuvo la amabilidad de conversar conmigo un ratito, me compartió detalles de su familia, de su trabajo, de su estancia en los E. U. de sus aspiraciones de regresar a su tierra dentro de tres años, una vez que se hubiese jubilado.
Y así esperamos a que llegaran el resto de los compañeros invitados, la primera en llegar fue Amalia. ¡Guau!, que emoción experimenté cuando la vi.
- ¡Maestra, maestra! Y después de un gran abrazo, ¡qué gusto verla!, ¿se acuerda de mí?
- Pues, recuerdo tu carita, pero no tu nombre.
- ¡Soy Amalia! maestra.
Luego llegaron Eva Brígida, y Cuquita, Malena, Ana Lidia y por supuesto, Rosy. A ellas sí las pude identificar perfectamente.
Pero a los que no había vuelto a ver desde hace 39 años, como fue el caso de: José Luís, Alberto, Lidia y Amalia no los identifiqué, sino hasta que me los recordaron.
La comida estuvo ¡riquísima!: carnitas, arroz, frijoles charros y mole en el primer tiempo, y en el segundo: sandía, melón, pastel y gelatina, todo estuvo ¡delicioso!, y me hizo recordar la multiplicación de los panes, porque a pesar de que llegaba más y más gente, todos alcanzamos, y muy bien atendidos.
Compartimos la mesa con los exalumnos en medio de bromas y comentarios de todo tipo:
- Pero ahora no nos vaya a poner nota mala en conducta ¿eh? Maestra, queremos divertirnos.
- ¿Recuerda el pellizco que me dio maestra? Comentaba Eva. Yo, para nada.
- El CBTis era muuuy difícil, expresó la esposa de José Luis.
- En EU me han reconocido como una persona educada, y yo recuerdo de inmediato a mi familia y a mis maestros que me inculcaron tantos valores. Comentó José Luis.
La música también estuvo ¡estupenda!: a la hora de la comida y durante 2 horas el excelente mariachi de los hermanos Salas amenizó la fiesta con diversas canciones a las cuales unimos nuestras voces. ¡cómo lo disfrutamos!
Hubo un detalle muy hermoso y emotivo que me gustaría comentar: Sarita bailó el vals “Dios nunca muere” con sus hijos y sus nietos. Debo reconocer que nos sorprendió mucho ver el enorme cariño que le expresaban a esta gran mujer, fundadora de la familia Jiménez Cruz y quien, ahora, habiendo cumplido sus 90 años, estaba siendo festejada por sus descendientes de forma tan efusiva, en particular, por el gran cariño y ternura que le expresaban sus hijos.
Así continúo la fiesta con un sonido también estupendo, y hubo música para todos los gustos, desde cumbia, rock and roll, quebradita, mambo, etc. bailamos como pocas veces lo hemos hecho.
Fue una ¡hermosa fiesta!, de la que disfruté intensamente, pero, desde luego, lo que más guardaré siempre en mi mente y en mi corazón será, sin duda alguna, la enorme emoción, y el placer de haber abrazado a mis exalumnos de la tercera generación del CBTis 147, después de 39 años y a quienes expreso mi más sincero agradecimiento porque sus abrazos, me alimentaron el alma, y ya nunca los podré olvidar, porque a partir de ahora, forman parte de mí.
MARÍA MARTHA MORENO MARTÍNEZ.
Acámbaro, Gto.
9 de julio de 2023.